Personalidades como Marcel Duchamp, Joan Miró o Pablo Picasso tuvieron aquí durante años sus residencias vacacionales. Mención especial a Salvador Dalí, quien pasó gran parte de su vida en esta zona y del que encontrarás la Casa Museo, ubicada en la Bahía de Portlligat.
No te puedes ir de Cadaqués sin ver iglesia parroquial de Santa María, ubicada en el punto con mayor altitud de su casco antiguo, o el Parque Natural de Cabo de Creus
Si llegas al punto más oriental de la Península Ibérica ya sea en busca de esas calitas de anuncio de la Costa Brava, de paisajes lunares, de cultura, de historia, de rutas de senderismo, de buen comer… estás de enhorabuena. Lo único que puede que te falte será tiempo para llegar a todos los lados, y eso que es donde más pronto sale el sol en la Península. ¡No te dejes engañar por su reducido tamaño!
Se estructura en más de 20 kilómetros de canales aptos para la navegación, lo que hace que su puerto sea uno de los más amplios y a la vez, una zona residencial, en forma de pueblo pescador.
Esta visión donde las casas se separan únicamente por agua, sobre la que flotan las embarcaciones y junto con el telón de fondo del Parque Natural de las Marismas, con una extensión de flora realmente considerable, es casi única.
Como si de un vigilante se tratara, la Torre Románica, construida hace ya ocho siglos, se levanta imponente junto a la iglesia, que en época de guerra sirvió como refugio del que hoy es posible contemplar su entrada.
El paisaje cierra este regalo para los sentidos, mezclando tierra y mar en una combinación perfecta. Tierra, con el islote y el Parque Natural del Cap de Creus protegiéndolo, y mar. Mires donde mires: El Mediterráneo ante ti.
Un destino perfecto para enamorarte de Girona.
L’Escala está llena de turistas, pero en primavera, otoño e invierno, es un oasis de paz y tranquilidad. L’Escala es famosa por sus anchoas, insuperables desde tiempos de los griegos, pero sobre todo, es en su término municipal donde se encuentran las ruinas de Empúries. Y además están las playas y las calas como la de Montgó, en la falda del Montgrí, perfectas para practicar submarinismo.
El Port de la Selva conserva mucho del tranquilo pueblo marinero que fue, muy cerca del Cap de Creus, con sus casitas blancas cubiertas de tejas rojas. Al llegar, lo mejor es acercarse directamente al Moll d’en Balleu, desde donde se contempla la pequeña bahía delimitada por el pequeño Cap del Vol y la Punta de la Creu. En el centro histórico se levanta, orgullosa e inmaculadamente blanca, la iglesia de Santa Maria de les Neus, reconstruida tras la guerra, que guarda en su interior una imagen gótica de San Pedro, de piedra policromada, de casi dos metros de altura.
Inmersa en el abrupto paisaje de la Costa Brava, Portbou es una población de tradición marinera dotada con numerosos atractivos naturales y que ofrece numerosas posibilidades de ocio en su litoral. Portbou se sitúa al nordeste de la comarca gerundense del Alt Empordà, en el límite fronterizo con Francia. Esta singular ubicación convirtió a esta localidad, a partir de finales del siglo XIX, en uno de los principales accesos a España y en un importante nudo de comunicaciones.
Su zona de playas casi vírgenes y la cantidad de calas que se reparten en todo su territorio, crean espacios dignos de descanso de los reyes.
El ocio está asegurado. Cuenta con un puerto marítimo, que conserva esa esencia original, y otro deportivo, para satisfacer tu parte más enérgica. El verano es su temporada estrella.
Te recomendamos que visites la Ciudadela de Roses, que encierra la antigua estructura de la villa según los cánones del medievo y de la que aún hoy se conservan vestigios.
Un lugar de ensueño. Paraje en el que descansar mientras se disfrutan de las vistas que ofrece la situación, en lo alto de una colina que se abre al mar.
Lugar que inspiró al creador del famosísimo Capitán Trueno, ofrece numerosos puntos históricos que visitar; uno de ellos, a pocos metros del casco urbano, es el yacimiento arqueológico de Ampurias. En él, las antiguas ciudades griega y romana le aportan un encanto indescriptible.
Rodeado de espacios naturales emblemáticos y bordeado por el río Fluvià, Sant Pere Pescador goza de un perfecto equilibrio entre conreo y marina, entre los verdes y amarillos de los campos frutales y los azules y oros de la extensa playa local.
Adéntrese en la historia y la cultura de nuestro pueblo, paseen por sus tierras y descubran los parajes naturales alrededor del río Fluvià, los cultivos de manzanos, el itinerario natural, los practicantes de surf de vela, las dunas...
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